Es el juego de la eterna dualidad: el bien y el mal; lo horrible y lo hermoso, el libre albedrío que nos permite discernir sobre el camino que debemos hacer. Es un juego a muerte.
Es el juego de la eterna dualidad: el bien y el mal; lo horrible y lo hermoso, el libre albedrío que nos permite discernir sobre el camino que debemos hacer. Es un juego a muerte.
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